febrero 17, 2009

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos.




El título de una película protagonizada por Jim carrey, que, bueno, el argumento lo dice todo. La recordé justo hoy que vi ESTA NOTICIA en la que se dice que existe una píldora con la que se trata la presión arterial, que ayuda a "borrar" los malos recuerdos, al menos por un periodo de tiempo, y que esto sería benéfico para tratar fobias y ansiedades.

Y me puse a divagar un poco o un mucho en torno a la pregunta de ¿qué tan bueno sería eliminar los malos recuerdos? (ya saben, de esas veces que uno se pone a filosofar, aunque no tenga nada que ver con el verdadero uso que se le está dando a la píldora dichosa) y fácilmente llegué a esta conclusión:

Sería catastrófico.

Porque aún recordando las malas experiencias, los humanos somos tan tontos como para cometer varias veces el mismo error... olvidandolas, ¿cómo aprenderíamos?, ¿cómo maduraríamos? El dolor esparte del procesdo de crecer, de dejar de ser niños, de darnos cuenta cada vez más de las cosas realmente importantes, de lo trascendental...

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