Un beso antes y otro después de dormir. Dos abrazos diarios cuando menos, una caricia en la mejilla cuando nazca la intención y sonrisas, las que sean necesarias. Palabras de aliento y apoyo incondicional, comprensión mutua y charla en la sobremesa. Risas... muchas risas!!! y pañuelos para secar los llantos no deseados pero obligatorios. Dos manos totalmente a disposición por lo menos un par de horas diarias, para tomarlas con las propias o para lo que quiera la imaginación. Una cabellera piojeable (osea apta para hacerle piojito, no de que tenga piojos) y un hombro para descansar la cabeza viendo una película. Y un GRAN corazón.
No lo juzgo, yo misma estuve en esa etapa alguna vez, más con el tiempo entendí que aunque sea cierto lo que las festividades son aprovechadas por miles de mercenarios para llenar sus bolsillos y nosotros invariablemente caemos en las trampas del sistema consumista, si no existieran estas fechas quedaríamos atrapados en el “otro” mundo, en el “otro” sistema, en el de la cotidianidad y la rutina, aquel que si pudieramos compararlo con algo tangible sería como un tren en el que cada vagón es un aspecto obligatorio que vamos sumando a la vida: el trabajo, las responsabilidades del hogar, las enfermedades, el ir y venir, muy apenas nos queda tiempo de comer y descansar…
Ese tren, por las leyes de la física, mientras más cargado vaya, más difícil es pararlo. Y como el viaje de la vida es largo, son necesarias las estaciones para tomar un respiro, estirar las piernas, ver otras caras, pisar tierra firme por un momento.
Y hoy que fue la reunión familiar supe que contestarle a mi amigo que fuertemente criticó las festividades. Ya está muy dicho el poder de un abrazo en las personas (y si no lo saben, pues búsquenle en google) y de no ser por estas fechas, no sólo navidad sino también San Valentín, 10 de Mayo, etc… ¿A cuánto descendería el nivel de abrazos, afecto y felicidad que obtendríamos los seres humanos al año? ¿En cuánto aumentaría el nivel de estrés en las personas, por ende de accidentes/violencia/delincuencia/enfermedades/depresión?
No quisiera averiguarlo. No se quién inventó cada una de las festividades, y aunque se escuche materialista, detrás de un regalo siempre hay un abrazo, así que, bajo las circunstancias ya mencionadas y al ver los beneficios que trae a nuestras vidas, bien me atrevo a decir: ¡Que viva el consumismo!
Cada cumpleaños procuro hacer un post en mi blog al respecto. El de los 24 aquí está (24: 13 de Diciembre 2009) Y cuando estaba próxima a cumplir 25 escribí esto Quiero.
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Y ahora, 26.
Veintiseis, con todas sus letras, aunque me cueste.
Y diversos regalos podré recibir a lo largo del día, pero el más impactante fue encontrar una pregunta perdida, así como lo leen.
Normalmente vamos por la vida buscando respuestas, pero curiosamente a mi fue lo que primero me llegó en esta ocasión. En mi mente rezaba noche y día desde hacía unos meses este pensamiento: "Algo por lo cual sentirme verdaderamente ORGULLOSA" y sabía yo que era una respuesta pero aún no encontraba a qué pregunta exactamente.
La encontré de esta manera:
Faltando unos días para mi cumpleaños, yo había recordado que justo antes de cumplir los 25 me había prometido a mi misma que este sería un año de gran crecimiento y de dar en la vida por fin esos pasos necesarios para la madurez, y logré un gran avance empezando por darle finalmente una dirección a mi existencia, encontrar alguna otra cosa que me pudiera satisfacer tanto como la música, cambiar actitudes que me impedían avanzar, y vivir y entender lo que significa ser una persona independiente.
Así pasaron los días y el domingo 12 de Diciembre llegué a mi casa después de un largo día de trabajo y vi el desmadre de un cuarto al que solo se llega a quitarse la ropa y dejarla donde caiga para proceder a dormir, y cual leona dormida dije: hoy voy a cambiar. Me dispuse a recoger mi cuarto. En un principio sería sólamente lo que estaba en las camas y terminé acomodando hasta los compartimentos de mi armario.
Estaba precisamente en eso cuando me encontré con una gran sorpresa: varios de los reconocimientos que obtuve en mi etapa de estudiante, y fue mucha mi emoción al leer los títulos "Mejor cantante", "Mejor intérprete", "Primer lugar" y estos objetos accionaron el botón que le pone "play" a los recuerdos: hasta eso, en los cajones y compartimentos olvidados uno guarda más que cosas inservibles.
Sin embargo, pensé que vivir de los triunfos pasados es vanagloria y era momento de algo nuevo, pero, ¿qué necesita mi vida a esta edad? Llegué a una conclusión: necesito volver a los escenarios, que mi nombre aparezca en la marquesina, pero no porque lo mando poner la escuela en la que participo, sino por anunciar que soy algo digno de ver, de apreciar, de aplaudir. Ya quiero hacer algo maduro, diferente, importante, escenarios, grabar... y quien sabe, que me quieran y puedan ver fuera de mi rancho. "Algo de lo cual estar realmente ORGULLOSA".
Y he ahí la pregunta perdida.
Para lograr lo que necesito, debo seguir corrigiendo cosas que he hecho mal a lo largo de la vida y cambiar patrones de conducta destructivos.
Así como es costumbre escribir algo respecto a mi cumpleaños, también suelo decicarme una canción. A los 25 definitivamente fue "What's up" de Four non blondes. En este año, y muy acorde a las fechas y a lo que debo hacer para seguir de frente y de pie, la canción será:
"Hey Jude"
Hey Jude don't make it bad
Take a sad song and make it better
Remember to let her into your heart
Then you can start to make it better
Hey Jude don't be afraid
You were made to go out and get her
The minute you let her under your skin
Then you begin to make it better
And any time you feel the pain, Hey Jude, refrain
Don't carry the world upon your shoulders
For well you know that it's a fool who plays it cool
