febrero 20, 2011

La paradoja del mexicano.


Miss Universo: mexicana. 




 
 
Y las mexicanas...




...sumisas, sobajadas, discriminadas, maltratadas física y emocionalmente, violadas, asesinadas, enajenadas con las telenovelas, con bajas aspiraciones.




El hombre más rico del mundo: mexicano.






Y los mexicanos...




... paupérrimos y sumidos en la ignorancia, con un sistema educativo vergonzoso, con bloqueos a los ciudadanos brillanes que buscan salir adelante y no pueden por no tener las influencias correctas y terminan emigrando a otros paises. 




La gastronomía mexicana: patrimonio de la humanidad.






Y México...




...el país con más obesos en el mundo según las estadísticas, y los mexicanos prefiriendo las hamburguesas y las pizzas, suponiendo que "la comida mexicana" son los tacos de "suaperro", las tortas de tamal, las garnachas, los frijoles y las tortillas.

febrero 12, 2011

Las consecuencias del "aquí no pasa nada" o "a mi no me va a pasar".

Sí, en este país nos estamos yendo aquel tan concurrido lugar que empieza con la sílaba “chin”. Pero basta ya de buscar culpables, ¡Si los tenemos frente al espejo!

Por años los mexicanos nos fuimos dedicando a aspectos que creíamos urgentes, como la búsqueda del poder, del dinero, de los bienes, de cómo fregarnos al otro. La seducción de las fantasías del capitalismo así como el descubrimiento del modus vivendi de las altas clases sociales o de otras culturas en el mundo a través de la apertura de los medios y de la llegada de recursos como el internet, nos hicieron ambicionar lo superfluo, generando un descuido (que tarde o temprano nos vendría a afectar a TODOS) de aspectos sumamente importantes, un par de conceptos muy devaluados y que merecen recobrar fuerza en estos tiempos erráticos y violentos : los valores y la educación. Y con este último término no me refiero a la cantidad de mexicanos que terminan la primaria o secundaria, pues no es lo mismo enseñanza que educación, sino  a cómo aplicamos en realidad la información en el plano personal.

Trataré de explicarme mejor: En específico, lo que quiero decir es que tal vez desde las escuelas y en los medios de comunicación se ha hablado de temas como por ejemplo la corrupción, la delincuencia, la drogadicción, los embarazos no planeados y las enfermedades de transmisión sexual. Incluso muchos de nosotros nos paramos el cuello aseverando saber esta información al derecho y al revés y creemos que ya con esto podemos navegar con bandera de “ser humano modelo y excepcional” Pero, ¿cuántas veces al pensar o hablar de estas cosas no escuchamos una voz interna que dice “eso a mí no me va a pasar”, o “en mi familia o círculo social no ocurre esto”? Y es típico de nosotros, que si llega a suceder, en lugar de enfrentar el problema simplemente le sacamos la vuelta  o nos negamos a afrontar la realidad.

Por poner un ejemplo, ¿A cuántos de los jóvenes o adolescentes  se les podría catalogar como “delincuentes domésticos” puesto  que se dedican a saquear y corromper SUS PROPIOS HOGARES? Y peor aún, ellos utilizan el dinero que roban de las bolsas de sus madres o que obtienen empeñando bienes que extraen de sus casas en drogarse o alcoholizarse.
En tiempos anteriores se hablaba de un drogadicto y se pensaba por lo regular una persona sin hogar, desolada, sin trabajo, de la calle. Hoy en día este mal se ha infiltrado llegando a afectar a los “hijos de familia”, a los “niños bien”. Y los padres se lavan las manos haciéndose de la vista gorda; haciéndose las víctimas: pues esta vida moderna, dicen, no les da tiempo para imponer una disciplina en sus hijos, orientarlos, corregirlos, EDUCARLOS. Esos no son argumentos, es basura, puros pretextos.

Es por eso que afirmo que en general somos un pueblo de ojos vendados ante los problemas incluso del propio seno familiar. ¿Qué decir de la ceguera en el ámbito social? Antes nos quejábamos y culpábamos al gobierno, pero era normal salir a divertirse por las noches a algún centro nocturno; Nos quejábamos de lo difícil que era salir a delante, sin embargo emprender un negocio implicaba relativamente pocos riesgos (si se le compara con la situación actual) y están dentro de lo “normal”: el fracaso, la pérdida de una inversión o la bancarrota. En contraste, ahora vivir dignamente se parece cada vez más a un cuento: El éxito de tu negocio no depende más esencialmente de la oferta y la demanda o de tener una correcta ubicación, sino de sacarle suficiente jugo para cubrir ciertas cuotas en tiempo y forma. Y los factores externos que afectan a la venta de un establecimiento ya no son tan sólo la devaluación y la inflación o que no sea quincena, sino que hoy no vaya a haber toques de queda o ejecuciones. Y ni hablar de la vida personal, pues ya mucha gente no se siente segura ni de salir a tomar un café después de ciertas horas.

Pero nosotros mismos somos los culpables. Por años hemos visto corrupción y delito ante nuestros ojos y jamás fuimos capaces de denunciar. Y además de los ejemplos que ya he dicho ¿Cuántas veces (y aunque fuera una sola) no fuimos nosotros mismos los actores del delito o de la baja moral?: comprando piratería, instalando software de manera ilegal, encontrando un bien como un celular sin tratar de regresarlo a su dueño, quedándonos con cambio que nos dieron de más, aprovechándonos con alevosía o dolo de la ignorancia de unos para sacarles dinero, o de un sueño o ilusión para explotarlo y obtener únicamente un beneficio económico o cualquier otro interés personal.

Escribo esto como mero desahogo y tal vez hoy piense así y mañana creeré que fui demasiado dramática, pero yo lo veo de este modo: La situación del país va en picada, a una aceleración impresionante y que no sabemos dónde va a parar. El freno que puede funcionar, podría tardar años en detener por completo esta perdición en la que nos estamos viendo sumidos, y no es pesimismo sino la visión de que es necesario detener esto YA.

Quitarnos la venda.

Como materia prima, siempre había pensado que teníamos todo para ser un país modelo. Ahora ya no estoy segura de si este es un sueño guajiro. Me pregunto si quedarán quienes piensen como yo: los que deseen que hombres y mujeres nos orientemos hacia el desarrollo creativo, sustentable, eficaz y sinergético no de un país, no de una sociedad, no de una cultura, sino de toda la RAZA humana. Si de algo estoy convencida es que viviré hasta el último momento de acuerdo a esta filosofía. Pero no basta hacerlo de manera personal, hay que contagiar a los más que se pueda y reforzarnos en nuestros valores y convicciones, así como cuidar que sea así por lo menos en la red familiar.

Y ya... muy venenoso tal vez... lo siento... así me siento hoy.