febrero 15, 2010

Es complicado. O bien, "Crónica de un rompimiento"

*Este es un post que rescaté de mis publicaciones en el "Ladies' Room", solo que en ese entonces lo subí como "anónimo"

…hay historias de amor que son como una travesura infantil. Como cuando te dicen: ¡No toques las galletas, que están recién salidas del horno!, pero tus ganas son tan grandes que corres hacia ellas pensando “¿Qué puede pasar?” y terminas quemándote, tirando toda la bandeja, regañado, y castigado, y por supuesto, sin galleta. Así fue esta historia, y al terminar, el dolor fue tan intenso como el amor que sentí. Ustedes juzguen qué tan grande, con esta crónica que escribí justo la mañana después del rompimiento…

Ya amaneció. Y de la peor manera: sin ti. El dolor emocional y la opresión que sentía ayer en el pecho se han transmitido al resto del cuerpo y ahora siento también en él un dolor físico, y esta… ausencia… esta falta de resignación. Esta negación al no tenerte. Este forzado "yo", deseando con todo mi ser que siga siendo un “nosotros”. Esta culpa, estos recuerdos, esta historia, esta ilusión que es aún más grande que cuando todo empezó, pues ahora ya creo en el amor que me tuviste, aunque es demasiado tarde, pues te me fuiste…  como bien supuse que podría pasar.
Ya van algunas horas del día, el mundo gira, la gente trabaja, incluso tú… y yo sigo en mi cama escribiéndote, pensándote a cada minuto como siempre lo hice desde que te conocí. Para mí nuestra historia fue lo que siempre soñé tener: Me encantas en todos los aspectos y me hiciste entrar en un mundo nuevo. Dos meses me tardé para entender o creer cuán diferente eras del resto de los hombres, y ese es el hueco más grande que dejas en mí, porque en estos momentos siento que ya jamás voy a querer estar con alguien más.
Me negaste el último beso, el último abrazo… hasta eso me hace falta… no sólo tú…
Después de todas las historias y rompimientos del pasado y que había salido bien librada, ahora es a mí a la que le tocó perder, llorar, y hasta gritar. Me tocó pasar el doloroso proceso de resignación, el cual aún no empieza, pues yo todavía quiero estar contigo, todavía te amo… todavía quiero intentarlo. Todavía mi corazón alberga una diminuta esperanza de que aún sientas algo por mí, de que me quieras perdonar con el paso de los días y quieras retomar lo que empezamos y que nos costó tanto trabajo. Desde un inicio sabíamos que iba a ser difícil dadas las circunstancias, mas no imposible… pero, si el daño fue irreparable, perdón. Te tuve muy poco tiempo, pero tardaré demasiado en dejarte de amar, dejar de pensar en ti.

Y esa es la historia. Sabíamos ambos que debimos esperar un tiempo antes de pretender estar juntos. Aún así, fuimos impacientes y decidimos aventurarnos con todo y que sabíamos de las posibilidades de fracaso, pero deseando que todo saliera bien, y ese fue el primer y creo yo verdadero gran error cometido. Un error suficientemente grave del que se derivaron situaciones como para que ahora tenga que forzarme a olvidarte… y es complicado. Así como difícil es dejar de pensar en ti, a pesar de que te deseo tanto y te amo tanto.

Y es fácil borrarte del mapa, pero es complicado borrar el rastro que dejaste en mi cabeza que me puede llevar hacia ti, en cualquier instante. Es fácil borrar las fotos, pero es complicado borrar la imagen de mi cabeza de aquellos buenos momentos que vivimos y no se deben al mundo mostrar. Es fácil borrar los mensajes de texto, las conversaciones, pero es difícil olvidar el peso que cada una de esas palabras tuvieron en mí. Pero debo hacerlo, respetar tu decisión y respetar mi dignidad, valorarme para poder continuar.

Pero eso…  es realmente complicado.

2 comentarios:

Petrus Angelorum dijo...

Sí realmente es complicado.

Petrus Angelorum dijo...

Vuelvo luego con algo más sustancioso. Pero leer líneas como estas remueven algo más que los ojos.