marzo 22, 2009

La pandilla salvadora




A pesar de que crecemos y nos damos cuenta de que nuestros papás no son los superhéroes que pensábamos sino sólo dos humanos más, llenos de defectos y errores, no puedo negar que en muchas ocasiones mi padre realmente se esforzó por que a pesar de todo mi hermano y yo tuviéramos una infancia feliz.

Tenía yo aproximadamente 8 años, cuando llegó la primer cámara de video a la familia. Mi padre siempre había sido una persona muy creativa, así que juntó a toda la generación de primos de más o menos mi edad, y nos propuso grabar una película.

Nos llamábamos "La pandilla salvadora", y éramos un grupo de niños que habíamos nacido con poderes especiales, y que teníamos un cuartel secreto para combatir la maldad en el mundo. En cuanto sonaba una señal, interrumpíamos lo que estuviéramos haciéndo y con solo dar tres vueltas y tronar los dedos, nos "teletransportábamos" hacia ese cuartel para averiguar lo que estuviera ocurriendo y ponernos de acuerdo para acabar con los maleantes. Mi personaje era una niña estudiosa que tocaba el piano (tal y como era yo en ese entonces).

La película finalmente no duró más de unas cuantas escenas, pero era reálmente mágico ver en la pantalla como, tras un sencillísimo truco, desaparecíamos de pronto y reaparecíamos en la sala de mis abuelos, o en un castillito en ruinas en Velardeña, Dgo. Es uno de los mejores momentos de mi infancia, y hoy que lo recordé, lo puse en una balanza contra todo lo malo y definitivamente he decidido ponerlo con el peso suficiente como para inclinarla hacia el lado que dice "felicidad".

=D

¿cuál fue el momento más feliz de tu infancia?

2 comentarios:

Kelly Morgendorffer dijo...

Tengo muchos gratos recuerdos de mi infancia, pero el que recordé hjusto hoy fue el de un viaje a Zacatecas.

A mi papá le habían prestado un carro, de esos que tienen no se como se llama esa fregaderá en el techo para acomodar maletas, entonces... yo vi como cayó una maleta (tal como en cierto capitulo de los simpsons), por alguna extraña razón, yo no dije nada y me dedique a observar como poco a poco la maleta desapareció y quedaba un mecate golpeando el vidrio trasero del auto... en el momento en que me enfado el gopeteo, decidi decirle a mi papá:

"Acomoda el mecaté que ya me desespero después de que la mañeta cayó".

Curiosamente en dicha maleta iba mi ropa (toda nueva)... así que la que perdió mas fui yo, aunque en Zacatecas tuvieron que comprarme más ropa (aunque no tan linda como la que me habían comprado antes del viaje).

Ahora todos lo recuerdan y se rien de mi... xD

Anónimo dijo...

que chido es recordar, sin duda tengo muchos gratos recuerdos...

que chingon!!! sigue escribiendo!!!!